From The Past Comes The Storm

Ahora que el señor Vito me ha recordado que tengo en mi poder fotografías de tiempos pretéritos y gloriosos del local; vienen a mi como oscuras golondrinas recuerdos espeluznantes de nuestra casta adolescencia.
Yo soy yo y mis recuerdos. Aquello que recuerdo es lo que soy, por tanto yo soy como recuerdo. Nuestro es cerebro es selectivo y bastante impertinente así que puede que lo que yo recuerde no sea enteramente verdad si no una reconstrucción de los hechos algo personal. Aún así me encantan mis recuerdos.

Hoy hablaré de un recuerdo que lejos de mortificarme me retrae a la época más salvaje que sufre el macho de homo sapiens: la adolescencia temprana. Tendríamos unos trece años más o menos y por aquel entonces solíamos ir los fines de semana a la buhardilla de Eduardo Peña a fumar pitillos y a beber licores de alta graduación por aquello de que estaba prohibido. Después de fumar numerosos cigarrillos sin tragar el humo y beber más o menos medio centilitro de ginebra (Todavía hoy nadie sabe por que comprábamos ginebra si nos parecía que sabía fatal) se nos inflamaba el pecho con ansias de guerra y destrucción. No había noche en la que faltara el grito de; ¡A por fornicas!
Esto significaba salir a joder, molestar, fastidiar y destruir. Como una infecta manada de lobos salíamos a la calle, cruzábamos la carretera y nos adentrábamos en la oscuridad del campo abierto que se extendía justo en frente de nuestra urbanización. La operación consistía en buscar algún coche que al abrigo de la noche contuviera en su interior alguna pareja de amantes a los que llamábamos fornicas y apedrearlo para luego observar como salía el tipo estupefacto y medio desnudo a ver que sucedía. Y si había suerte ver alguna teta. Si vierais queridos lectores como nos divertía aquello, como nos distribuíamos por el campo, la precisión de nuestras pedradas, la adrenalina mágica que recorría nuestro cuerpo, una maravilla.
No es que fuéramos malos muchachos pero la testosterona nos obligaba irremediablemente a la practica de esta actividad así como de otras tales como:
-Hacer barricadas en medio de la carretera
-Reventar cosas con petardos
-Subir a los tejados
-Hacer un uso completamente inapropiado de las armas de aire comprimido
-Robar el coche de papá o de mamá
- y cientos de estupideces sin sentido.
Si alguien quiere compartir algún recuerdo de aquella época que escriba un comentario.

7 Responses to "From The Past Comes The Storm"

Anónimo dijo... 2:05 p. m.

sólo se admiten vivencias del local????

Don Vitorio dijo... 2:52 p. m.

Recuerdote, querido Juanillo, que el año que se quemo el local, las fiestas del pueblo se hicieron al ladin de nuestro refugio, por lo que fue necesaria por parte de la presidencia de la urbanizacion contratar un segureta para que los fornicas no se adentraran en terreno privado. Lo que provoco una sincera amistad con "nuestro segureta" que nos alumbraba los recodos mas inospitos.
Y recuerdote tambien que estoy hablando del año...
Un año que no recuerdo bien, pero te puedo asegurar que pelos en las pelotas teniamos ya.

Don Vitorio dijo... 2:54 p. m.

Muy recientemente, en la boda del Lolo, se discurrio largo y tendido, con unos petillas en las manos, de nuestra gran y querida BOMBA FETIDA, pero supongo que este tema merece un capitulo individual.

Juan dijo... 4:38 p. m.

jajajajaja y que lo digas Vito!!!

Dario dijo... 7:53 p. m.

Que huecos reconditos os alumbraba el segurata? Y utilizaba su...porra con vosotros?

abuelez dijo... 3:01 p. m.

Si bien todavia no formaba parte de esa noble e inmortal institución del "Lócal", uno de los grandes recuerdos de adolescencia que se me vienen a mi laureada cabeza fue el que represento la llegada del cine porno a nuestra televisión, a traves del Canal +.
Coincidia por aquel entonces con el Sr. Kele y el Sr. Diez Bulla (Yoni) en el trayecto al Instituto y una de esas mañanas departimos sobre las posesiones videograficas que teniamos cada uno, que en su caso eran nulas y en el mio podiamos calificar de limitadas pero ante todo de calidad.
Asin que a la mañana siguiente no hizo falta que coincidieramos en el camino hacia el insti sino que estos dos "metalicos" me esperaban a la puerta de mi casa para recoger el material. Me aseguraron que esa mañana irian al insti pero más tarde me reconocieron que la única educación que recibieron aquella mañana fue la pornografica, de la mano del mítico "Sr. Levi" y creo recordar la buena de Ashyn Gere (corrigeme maestro Kele).
Era el año 91 y como bien recuerda Vitorio ya teniamos pelillos en los huevecillos.

Manuel dijo... 3:47 p. m.

cada vez que yo insistía en la "necesidad" de Canal+ mi padre me decía: pero si ya tienes 5 canales y para colmo nos estamos todo el día peleando por el canal!!! ni hablar!!!

Señores, tienen ante ustedes al único español que nunca ha visto una porno del Canal+.

(y además es cierto, joder!!)

Publicar un comentario